jueves, 10 de noviembre de 2016

Hipertensión Arterial Felina

HIPERTENSIÓN ARTERIAL FELINA(HTA) 

1. ¿Qué es la hipertensión arterial felina y cómo se produce?


La hipertensión arterial felina es el aumento de la presión arterial sanguínea. En el gato, el 80% de las veces es secundaria a una enfermedad de base, siendo principalmente la ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA (1 de cada 3) y el HIPERTIROIDISMO (1 de cada 4).


Otras patológias menos frecuentes, pueden ser ACROMEGALIA (por un tumor que produce gran cantidad de hormona del crecimiento) y LA ENFERMEDAD DE CUSHING (el organismo produce gran cantidad de cortisol).

No hay predisposición racial ni sexual. Sin embargo, la edad juega un importante papel ya que incrementa exponencialmente el riesgo de padecerla: 1 de cada 6 gatos mayores de 7 años son hipertensos.






2. ¿Cómo afecta la HTA a mi gato?


 Es una enfermedad que no presenta una sintomatología evidente. En muchos casos, lo único que percibimos en casa son los síntomas derivados de la enfermedad subyacente. Por ejemplo la poliuria y polidipsia en la enfermedad renal, la pérdida de peso (a pesar de aumentar la ingesta de comida) e hiperactividad en el hipertiroidismo, o la pérdida de visión y letargia (entre otras cosas) que achacamos a la edad.


 Sin embargo, a la HTA se le conoce como el “asesino silencioso” ya que, mientras pasa desapercibida, va causando daños irreversibles en los órganos diana como son los ojos, cerebro y sistema nervioso, corazón y riñones.

¿QUÉ EFECTOS TIENE SOBRE LOS ÓRGANOS DIANA?
  • En los ojos provoca pequeñas hemorragias intraoculares e inflamación y desprendimiento de retina que termina en ceguera, irreversible en la mayoría de los casos.
  • En el cerebro y sistema nerviso las hemorragias pueden causar comportamientos extraños, marcha tambaleante, demencia e incluso coma.
  • En el corazón dificulta el bombeo de sangre, pudiendo provocar un fallo cardíaco congestivo.
  • En los riñones agravaría la sintomatología de la enfermedad renal. 








3. ¿Cómo se diagnostica la HTA?

El diagnóstico de esta patología es muy sencillo, ya que se trata de medir la tensión arterial de nuestro gato. El equipo de medición es muy similar al de medicina humana. Consta de un manguito inchable que se coloca alrededor de una pata delantera o en la cola.
Es un procedimiento rápido y totalmente indoloro.



La toma de tensión se debe realizar, por protocolo, a todo gato mayor de 7 años en su chequeo anual (padezca o no cualquiera de las patologías mencionadas anteriormente) y aquellos que estén tratándose con glucocorticoides.

 Sin embargo, se recomienda acostumbrar a nuestros pacientes felinos a tomarles la tensión
desde edades tempranas como parte de las visitas ordinarias, así tendremos un histórico de la presión arterial habitual para cada individuo y podremos investigar más a fondo, cuando se presenten incrementos significativos que nos hagan sospechar de una hipertensión primaria o secundaria a otra enfermedad subyacente.


4. ¿Por qué es importante un diagnóstico precoz?

Existen 3 motivos por los que se recomienda un diagnóstico precoz:
  1. La hipertensión es frecuente y asintomática: La hipertensión felina a pesar de que afecta a 1 de cada 6 gatos de más de 7 años, permanece con frecuencia sin diagnosticar ya que no da síntomas evidentes y pasa desapercibida, por eso se conoce como el asesino silencioso.
  2. La hipertensión es grave: Si no se trata, causa daños irreversibles en multitud de órganos vitales: hemorragia y desprendimiento de retina, lesiones renales, lesiones por hemorragias cerebrales, alteraciones en la estructura y funcionalidad cardíaca...
  3. La hipertensión es fácil de detectar, rápida y totalmente indolora para nuestro gato.

5. Si mi gato es hipertenso, ¿Cuál es su tratamiento y su pronóstico?

El objetivo del tratamiento es disminuir la presión arterial. Esto lo podemos conseguir de forma satisfactoria administrando medicamentos antihipertensivos y una alimentación adecuada (dietas con bajo contenido en sal).

En aquellos casos en los que la hipertensión es secundaria a enfermedades tales como enfermedad renal crónica o hipertiroidismo, el propio tratamiento de las patologías controla o hace desaparecer la hipertensión.